La Viuda
Cuentan que en los pueblos bohemios del occidente de Colombia Ubicua una viuda alegre, joven, hermosa, de abundante cabellera, de cejas delineadas, perfectamente maquillada, de pestañas postizas, de labios colorados, enjoyada con aretes, collar de perlas, gargantilla de oro, manilla áurea, pulsera de plata, anillos de diamante y reloj mágico; minifalda roja, blusa amarilla, cinturón negro, zapatos y cartera de charol. La Viuda es coqueta, respetuosa, fina en el trato; sabe de etiqueta, cortesía y protocolo. Es muy inteligente y políglota: sabe inglés, francés, alemán, italiano, portugués y español; sabe finanzas, literatura, artes y danzas; es sibarita, catadora y gourmet.
Después de enviudar le han propuesto matrimonio muchas veces, por eso no han faltado los avivatos, los codiciosos e interesados en disfrutar su fortuna quimérica; los Casanova y Don Juanes, los obsequiosos de flores y joyas, que la invitan a cenar y a bailar. Aunque pueden disfrutar de ojo su belleza, embriagarse con sus aromas pero nada de acariciar y menos ir a probar. Después de los halagos, las atenciones, las confesiones de amor, sus intereses y deseos, con muchos rodeos le preguntan si tiene bienes para administrar. Entonces la astuta viuda les dice que tiene una jauría de acreedores alienados por el dios dinero, que tiene girados más de cien cheques posfechados que debe pagar, que sus fincas están hipotecadas, sus casas embargadas, sus joyas empeñadas, que los recibos de servicios públicos están en rojo y la Declaración de Renta sin presentar.
También les dice que tiene un perro miedoso, una gata ciega, un caballo cojo, un galpón de gallinas jubiladas, un televisor blanco y negro dañado, una máquina de escribir de museo y fórmulas médicas sin comprar. Entrando en confianza les cuenta a sus pretendientes que ella ronca, que tiene un ojo de vidrio y una prótesis de pierna y una caja de dientes que debe hacer reparar. Luego le dice a los Casanovas que si quieren algo con ella, tienen que honrar primero sus deudas, firmar capitulaciones matrimoniales y después de casarse esperar un par de años antes de consumar su contrato nupcial. Entonces los Don Juanes se sienten decepcionados, piensan que la viuda es un peladero, que ahí no hay nada que agarrar y si muchas obligaciones por cancelar,
Después que los crápulas se marchan, la viuda se ríe alegre y estridente, pues ella sabe que no tiene defectos ni pasivos y que es un simulacro para ahuyentar a los haraganes que la quieren desplumar y arruinar. Por eso la viuda sigue eufórica, disfruta los carnavales porque en su testamento ya estipuló dejar todas sus propiedades a una fundación de ancianos, donde seguramente ella irá a terminar.fabulas.info
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